-Personaje en el que te basas: Gastón {La Bella y la Bestia}
-Nombre: Gastón
-Apellido: Reilly
-Edad: 36
-Nacionalidad: Londres, Inglaterra
-Oficio: Policía/Espía
-Personalidad: Cegado por la búsqueda de la justicia, no
solo busca que se cumpla la ley, a veces demasiado blanda, sino que va más allá
de ella para conseguir que se condene a los que para él son culpables. Con
ellos no tiene piedad, hace lo indecible para que paguen por sus acciones.
En apariencia algo arrogante y sarcástico, en realidad es
muy leal con quienes él cree que lo merecen. A estos les ayudará en todo
momento, sea lo que sea que necesiten. No suele fijarse en las mujeres, pues
está profundamente enamorado de una sola desde su juventud.
-Pasado: Fue criado en una familia de la clase media y la
profesión de su padre, policía, le obsesionó desde su niñez. Este le inculcó un
fuerte sentido de la justicia y la lealtad, acorde con sus responsabilidades,
pero Gastón, al ser tan pequeño, lo acogió como parte de su personalidad. En
los inicios de su adolescencia conoció a una muchacha, algo nerviosa y tímida
pero quedó prendado de ella inmediatamente. Se lo confesó pero fue rechazado,
aunque trataron de mantener la amistad.
Cuando cumplió los veinte años, gracias a la influencia de
su padre, le fue ofrecido un puesto en Scotland Yard. Pero él quería ir más
allá, no tenía intención de conformarse con pequeños casos e investigaciones,
deseaba impartir justicia a niveles más elevados. Desapareció hasta 1909, nadie
supo nunca donde había estado durante ese tiempo.
Al volver sorprendió a todos cuando anunció que empezaba a
trabajar en una oficina del centro de Londres. En realidad ya formaba parte del
recién creado MI6, siendo uno de sus primeros agentes. Pronto se dio cuenta de
que tampoco le satisfacía. No se parecía en nada a lo que le habían prometido.
Su trabajo se reducía al entorno londinense, justo lo que había intentado
evitar.
Un día se le encargó el caso del asesinato de un alto
mandatario. No le costó descubrir al culpable, un joven, pues había dejado
muchas pistas, pero nadie del entorno de este creía que hubiese sido él,
afirmaban que era un montaje. Nada le quitó la idea de que era él, pues además
había un testigo visual, un hombre realmente extraño.
Descubrió, con verdadero estupor, que el acusado estaba
prometido con la chica que había amado siempre. El joven fue condenado por
asesinato, cumpliendo con la pena máxima. El testigo, al final del caso se le
acercó. Le susurró unas palabras al oído, le dirigió una sonrisa cómplice y
salió de la sala. Esto solo sirvió para ayudar a que prácticamente todo
Londres, a pesar de las pruebas presentadas, sospechase siempre de Gastón,
sobretodo la madre de la muchacha, quien no paró de extender la historia por
los alrededores.
Gastón no dejó tiempo para que lo trasladaran o expulsaran
del MI6, renunció él mismo. Un amigo de su padre ya fallecido le informó de un
hueco en su equipo de Scotland Yard. Sabía que con ello volvía atrás, pero se
presentó a la entrevista. Mientras esperaba en el despacho del policía un
impulso le hizo coger un expediente de la mesa. En él aparecía el hombre cuyo
testimonio había sido clave en la condena del prometido de su amada, junto con
anotaciones sobre posibles implicaciones en contrabando y la mafia. Lo dejó en
su sitio y marchó del lugar, una vez recordados todos los datos que necesitaba.
Las palabras del hombre aun resonaban en su mente. Iba a coger un barco, el
mismo barco en el que se suponía, según el informe, que iba a ir él. Y nadie
podría impedírselo.
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